Muy puntual a las cuatro de la tarde se ponía la cruz de guia de la Hermandad de las Angustias en la Plaza de San Agustín, en las caras de los vecinos del barrio se notaba la pena por la salida de Su Reina hacia San Pablo de nuevo, por lo menos esta vez, a diferencia de en 1961, la Reina de San Agustín salió de su casa como Ella merece, a hombros de sus hermanos costaleros y arropada por todo su barrio y no a escondidas por la noche como la última vez...
Gritos como "¡¡Hasta pronto Madre!!", "¡¡Aquí está tu casa, aquí en San Agustín!!" o "¡¡Vuelve a tu casa!!" se oyeron en la plaza de San Agustín, donde sus vecinos habían colocado una pancarta en la que se podía leer "Madre Nuestra de las Angustias vuelve pronto a San Agustín. El barrio te espera con ansiedad". Estos gritos y muestras de rechazo hacia la vuelta a San Pablo se pudieron escuchar en todo momento y , con mayor intensidad, a la llegada a San Pablo, donde fueron varios los que no aguantaron la emoción y rompieron a llorar. Allí fue recibida por un gran aplauso a los gritos de "¡¡Viva la Reina de San Agustín!!" y ante una multitud que La llamaba guapa varias veces...
Un trio de viento en lugar de una banda, mayor rapidez en el andar, lágrimas de pena, no de alegría, y un ambiente mucho más apenado que hace 20 días, cuando la imagen regresó a su casa, fueron las diferencias con el traslado del pasado día 1, sólo una cosa era igual, el cariño de sus vecinos y el deseo de que, en un futuro próximo, la Virgen de las Angustias, la Reina de San Agustín, pueda volver a su barrio, a su casa, a aquella de la que nunca debió salir...
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